Warrior

[...]Dejar de besarlo definitivamente no estaba entre mis posibilidades. Y mas aun, si lo hacia de aquella forma. Sus labios eran delicados y tiernos, un total contraste con sus manos que recorrían enteramente mi espalda, dibujando líneas imaginarias con su palma, yendo y viniendo de mi cintura una y otra vez.
El calor del ambiente parecía a ver subido sin que yo lo notara, al punto que mis mejillas estaban coloradas. Me pregunte si alguien invisible había arrojado un trocó al hogar, haciendo que este despida mas calor del común. En realidad, los repentinos calores que recorrían mi cuerpo seguramente no se debían a ese hecho, sino el estar sobre él. La palabra “sobre” se sentía muy literal viendo nuestros cuerpos desde afuera: el suyo estaba recostado sobre el sofá y mis piernas a los costados de su pelvis; la distancia entre nosotros no existía. Su anatomía comenzaba justo cuando la mía terminaba.[...]

(*nove de Maga capitulo 48)

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