Arrecostada sobre la pequeña ventana de su nuevo cuarto le oyó entrar.

-Hey!- dijo él casi en un suspiro- dentro de poco tu cuarto estará listo, y tendrás que irte de este...- vacilo en busca de un adjetivo que califique el pequeño lugar de alojamiento- 'lugarcito' Haa..

Ella estaba convencida de que esto solo le habló para tener una excusa. No comprendía, como su inocencia se le hacia tan resistible, no cabía en su cabeza aquello.

- Si no importa- giro su mirada de la ventana hacia él por primera vez- talvez prefiera este 'lugarcito'- hizo una pausa corta, pensando en las palabras adecuadas con las que le debía hablar- No digo que el tamaño no me importe- una pausa mas- pero me gusta la vista- terminó, pensando por un momento que el le comprenderia, se equivocó.

- Ahh.. si la otra habitación da al patio trasero, y cuando papá se broncea no es .. agradable- y avanzó hacia ella riendo entre dientes de aquella broma.

Él se ubico su lado y al igual que su nueva inquilina miró por la ventana.

- ¡En verdad que es una increíble vista!

- Lo sé

Comprendía exactamente, que el tono de voz con el que le hablaba, no era como con el que le había hablado a sus padres esa mañana cuando desayunaron . Ella estaba usando un tono de voz completamente diferente, y por primera vez creyó comprender porqué lo hacia.

El se corrió, y se sentó en la cama, algo confundido.

Aclaró su garganta y prosiguió.

- Así que.. ¿qué harás al rato?

- no lo sé, pensé en conocer la ciudad...

Ella creyó que se le acabaría la cordura. Aún miraba por la ventana, y estaba segura que él no le miraba el cabello sino que sentía como su mirada paseaba desde sus tacos hasta su short de jean ajustado. Así que supo que en ese momento debía pasar.

Giro hacia le, tomándolo por sorpresa. Él aclaro su garganta por segunda vez, sacudió su cabeza ligeramente y le miro a la cara.

- Tienes novia?- preguntó ella

Caminó suavemente delante de él hasta llegar a su destino: la derecha de él.

-Mm... si, bueno no- él se encontraba por completo nervioso, sabia lo que ella quería, lo que el quería y lo que no debía- termine con Samantha hace unas semanas- le respondía mirando al suelo, tomando su cabello entre las manos.

Pero cedió al impulso de mirarla, y cayó. No supo que hacer, ni siquiera que decir.

Ella le mantuvo la mirada por unos segundos, sabía como jugar....

Se le acerco lentamente y le besó. Unos minutos y él comenzaba a arrecostarce sobre la pared que tenia detrás, a su espalda. Ella se había girado y puesto de rodilla en frente y sobre él.

Él se sentía de alguna forma hechizado, sabia como escapar, aunque dudaba si quería.

Las manos de ella comenzaron a deslizarse sobre su pecho le lentamente, muy suave, quitaron su camiseta, dejándolo respirar por unos momentos.

Él, en un intento por detenerla, le tomo de la cintura. Y ella, supo exactamente porque lo hacia.

- Esa estúpida promesa te detiene, verdad?- dijo con la respiración entre cortada.

Sus frentes parecían pegadas, y el no le soltaba la cintura, su mente se debatía en un duelo.

Sus respiraciones no cedían, en solo logró soltar un 'Aja' casi imperceptible.

El corazón de el latía a mil por hora al igual que sus pensamientos

Ella solo se encontraba un poco sorprendida por los músculos marcado de él, los cuales, después de unos minutos pensando en como hacerle pisar el palito, comenzó a acariciar muy lento y suave.

Ambos con los ojos apretados, ella esbozando una ligera sonrisa, y él con el corazón en la garganta.

Abriendo apenas un ojo, vio el reloj despertador que descansaba en la mesa de luz, debía apurarse o echaría todo a perder.

- N.. no.. lo.. lo lamento pero...

-Las promesas se rompen fácil - le tentó, pero supo que todo se había acabado.

Por primera vez había perdido en juego.

Ella se corrió de encima de él, y se sentó hacia su izquierda, le cedió el paso, pero él no se fué.

Se apoyó en su hombro, viendo su juego perdido suspiró.

Los minutos pasaron tan rápido como un pestañeo.

- No creo que esta sea una promesa fácil de romper- intento contestarle de alguna manera.

- Todas lo son...

Volvió a mirar el reloj, y casi instantáneamente un timbre sonó en la planta baja de la casa. Ella se paro acomodó su cabello y retocó su maquillaje. En unos minutos un nuevo chico apareció en la puesta de su habitación.

Ella se le abalanzó y le beso, como lo había echo con el unos momentos atrás.

-Emm.. él es mi novio, Sean- le presento sonriente- Sean, el es el hijo de los dueños dela casa

- Hola - le saludo Sean.

El se encontraba completamente desorientado, se animó a mover la cabeza.

- Ya nos vamos, a conoser la ciudad - le sonro nuevamente, y el recordó perfectamente- no vemos luego ¿Quieres?

Salieron de la habitacion, y él quedó sentado en la cama de ella, atónito, perdido.

Pero supo que esta no seria la ultima vez.