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24.7.10
, 13:05
⇨)': En una de esas noches de soledad, vi tu sombra a través de la puerta de vidrio. Supe en un instante que eras tu, esa voz jamas la pondría en duda, y no reprimí la pequeña lagrima que brotaba de mi ojo y la deje arrastrarse por mi mejilla. Estaba helada enfrente a él, aunque aún no le veía claramente ya que aquella puerta no me dejaba apreciarle perfectamente como él en realidad es. Al fin abrí la puerta, sus relucientes ojos claros me atravesaban de par en par, eran de ese color verde oscuro, justo como los de mis sueños. "No llores de nuevo, por favor" De esa manera saludó, y al menos dijo por favor. "Podrías al menos decir 'Hola'... no crees?" mi llanto raspaba mi voz, y él soltaba su risita irónica. "Vine solo a buscar mis cosas, demás esta decirte que no quiero hablar de todo lo que paso...Te pondrías a llorar de muevo y no llegaríamos a nada... de nuevo" Hablaba rápido y sin siquiera mirarme, cada una de sus palabras era una daga al pecho. "Ya te he perdonado, dime.. porque no quieres volver?" Eso era lo único que rondaba en mi mente. Se giró, rió una vez mas, y se atajo diciendo. "Tú no eras la que debías perdonar..." "Pero si tú..." le intenté interrumpir para aclararle la cuestión, pero no fue suficiente. "Ya cállate!" alzó la voz, porque sabia que en la casa no había nadie. Buscaba por todo el desorden de mi habitación sus cosas: su camisa favorita, la campera de cuero y su collar de plata que llevaba grabado: El triunfo es tu único camino. Todo aquello que una noche olvidó en mi cama, por salir despavorido en la mañana. "Al menos mírame cuando me hablas" Le grité dando un golpe fuerte en el suelo del cuarto. Sonrió, giro y me miro con su arrogante gesto de pena. "Amor, deja de hacerte mal a ti misma.. sal de tu casa con tus amigas" hizo un gesto como de pensar "ah no! cierto que las perdiste, bueno mejor saca a pasear al perro.. disfruta del aire caliente de California, siente el sol en tu piel.. ¡vez no podría salir contigo estas mas blanca que la nieve, amor!.. "Rió fuertemente pero igual prosiguió con su doloroso discurso de despedida final "Bueno... lo que quiero decirte de todo esto es, que te olvides de mi, puede ser difícil lose, pero quien sabe, tal vez, en algún momento encuentres a otro que haga el intento de sustituirme" Se despidió guiñándome un ojo, dio media vuelta y salió. Mi cuerpo se rindió, se volcó en el piso, mis ojos se cerraron y dejaron libre a todos aquellas lágrimas que ansiaban salir ya, unos minutos despues me hallaba en un sueño, un sueño en un pasado perfecto, con mi mente dormira y esas imagenes, todo estaria bien... al menos hasta que mis padres lleguen, me despierten y una vez mas me halle sola, sola en un mundo lleno de gente. Etiquetas: a minific |