21.11.10
, 17:13
⇨La vuelta
Part. 1
Creo que debí suponer que dolería como dolió, en el momento en que entre allí y la mano de ella se poso sobre su hombro. Él le sonreía dulcemente como en algún tiempo atrás lo hacia con migo.
Habían pasado dos años, de la despedida aquella bajo la lluvia, de la cual todo el resto, de lo que se suponía debía crecer, me arrepentí. Pero seguí un camino cómodo que me llevo a tantas lugares diferentes como fáciles de llevar, de ese modo cambié de todas maneras.
Pude asegurar mi cambio cuando su mirada giró hacia mí. Sus ojos se abrieron de par en par, yo le vi con un tipo extraño de melancolía, que el detecto en un suspiro, un suspiro que me dedico. Luego miro hacia abajo, y yo decidí desaparecer entre toda la gente que en la fiesta se hallaba.
La noche transcurrió cada vez mas lenta, paseaba de lado a lado para tratar de esquivar su mirada, y la mayoría del tiempo me la pase en el baño. Cobarde como siempre, pero sabía que el trataba con lo mismo y aún mas con la compañía que llevaba justo esa noche.
Tal vez era por venganza, no lo culparía, pero jamás hubiese esperado algo semejante que venga de él. Aunque una rubia alta de ojos extravagantes, y curvas definidas nunca le faltaron, y mucho menos para las fiestas. Nunca la memoria me funciono de tal manera que en una de mis idas al baño le reconocí, siendo que sólo la vi reposando su mano en el hombro de él. Pero el vestido rojo, al igual que sus uñas, dejaban el dorado cabello lo mas reconocible que jamás vi. Salí corriendo como quien no quiere la cosa, y me dirigí hacia los aperitivos de la barra. Ya era pasada media noche y quedaban al menos unas cuatro horas más por soportar.
Era la cosa menos inteligente que en dos años malditos lleve a cabo. Por qué mierda fui… no me preguntes porque ni yo lo concilio todavía.
Me decidí a irme de una vez por todas, decepcionaría a varios, y hasta perdería la apuesta de 100 u$s que hice a un amigo. Pero no importaba, allí sola, no podía aguantarlo, aunque me había dedicado a la soledad por dos años, en una fiesta de estas no lo toleraba.
Y como, nose, pero gire hacia atrás, para ubicar la puerta de salida, y ahí estaba. Frente a mi tenia, una vez mas, su rostro, ese precioso rostro tan dulce pero con una expresión tan amarga pero que sólo a él haría parecer mucho mas hermoso aún.
- Tal y como lo prometiste…- dudo en sus próximas palabras pero con gran esfuerzo y su mirada clavada en el suelo logró confesar- tardaste mucho para mi gusto.
Ambos en la misma posición y la misma mirada cada uno a sus pies levantamos la cabeza casi al mismo instante en que terminó su línea.
Él alzó una de sus mano y tomo mi cabello.
- Me comentaron que habías cambiado, no imagine lo mucho que era…
Sus ojos me inspeccionaron desde mis botas negras, pasando por las medias de red y mini-vestido negro, que combinaba con la chaqueta de cuero, dedicando segundo por segundo a mi rostro que como pocas veces maquille combinando con mi cabello.
- El rojo siempre te asentó bien… lo sigue haciendo- miro para sus costados en busca de algo, ya sabia de quien- Ya te ibas?.. Bueno al menos viniste, y cumpliste tu promesa…- aclaro su garganta pero siguió- Para que no lo tomes a mal, luces hermosa, totalmente diferente, pero como siempre… hermosa.
Supongo que me sonrojé, o el alcohol que ya tenía encima no lo permitió, aunque eso no va al caso. Mis piernas temblaban, y temía comenzar a sudar, su voz era como melodía, y le extrañaba tanto que seguramente cometería un grandísimo error si le seguía la corriente.
- Supongo que es una despedida nuevamente, no quiero arruinarte la noche… - mi voz sonaba entrecortada y tan dura como siempre me dirigí a él.
- Este momento lo he esperado por dos largos años, y me dices que es otra despedida.. Que arruinarías mi noche!
“Esta noche ha sido una mierda, y lo cambiaste todo desde que te vi, me intenté resistir y no hablarte porque se que ni hablarme querrás, - y por lo bajo dijo- y mucho menos con mi bienvenida,- después volvió al tono normal- en fin, si te vas por mi, déjame decirte al menos que te extrañe y lo haré por el resto de mi vida si me dejas así, nuevamente…
- Tan estúpido sigues siendo? Dime, porque crees que tú serias la razón de mi huida- esa mentira aún duele en mis adentros- Hace mucho tiempo que decidí dejar todo esto, y al volver es lo más incomodo que he experimentado…
- Lo entiendo- me interrumpió
Volvió a alzar unas de sus manos y la deslizo por mi brazo hasta tomar mi mano.
Le fulmine con la mirada, lo estaba haciendo adrede o enserio me odia tanto? Me pregunte tan idiota como lo normal, y al final de cuentas el demostró amarme como yo a él o aún mas.
- Por qué me lo haces tan difícil? – le pregunte con la primer lagrima en puerta.
Me miro fijo y ambos nos dimos por vencidos ante nuestro orgullo y rencor.
No pude contra aquel amor que me ataba hacia él, contra su mirada, su belleza, su boca, su nariz, sus ojos, su cabello, todo me ataba a él, algo que pudo contra la distancia el tiempo mi orgullo barato, mi frialdad inútil y mi prudencia, por primera vez me deje guiar por lo otro que contradice a la razón, llámalo como quieras... me pudo.
Caí rendida en sus brazos y él me estrujo como aquella ultima vez. Esta vez supe que no le dejaría igual, no debía, y por sobre todo no podía.
Suspiro sobre mi cabello rojizo, y me separo de él.
- Si quieres irte, vete… pero por favor donde quiera que vallas, llévame con tigo… porque no resistiría dos años más sin volver a verte.
- Tal vez, esta vez, no me valla por tanto tiempo… sabes que te pedí ese espacio para que crezca, pero como vez, no lo logré.
- Lo haremos juntos, como debió ser siempre…
Acerco su rostro al mío, y los centímetros se acortaban tan lento pero perfecto, sólo el lograba equilibrios de tal manera que causaban los efectos contrarios en mi corazón.
Me besó dulcemente, y sonrió por primera vez en la noche. Ambos sonreímos por primera vez en la noche.
Deslizo sus manos que se reposaban en mis hombros, hacia las mías, tomo de una y giro.
Nos dirigíamos hacia la puerta, dejando detrás de nosotros todo lo que debimos dejar antes. Todas esas personas disfrazadas de importancia y desden desaparecían tanto de mi vista como de mi mente, hasta la rubia plasmada a un costado con cara de sorpresa y odio nos vio pasar, y sin decir una palabra dejo caer su copa de cristal al suelo.
- Aprendiste que es mas doloroso cuando no tienes ni siquiera un amigo a tu lado?.. – dijo al final del camino terminando con el: - todo, todo vuelve a ti en el final.
Abrió la puerta del gran salón, y llovía pero esta vez no se esconderían lagrimas de tristeza bajo las gotas del cielo, sino la felicidad de tenerle junto a mi, decidido a afrontarlo todo, todo eso a lo que se que temía por sobre cualquier cosa, pero lo haría, lo haría por mi, y con migo a su lado.
Creo que debí suponer que dolería como dolió, en el momento en que entre allí y la mano de ella se poso sobre su hombro. Él le sonreía dulcemente como en algún tiempo atrás lo hacia con migo.Habían pasado dos años, de la despedida aquella bajo la lluvia, de la cual todo el resto, de lo que se suponía debía crecer, me arrepentí. Pero seguí un camino cómodo que me llevo a tantas lugares diferentes como fáciles de llevar, de ese modo cambié de todas maneras.
Pude asegurar mi cambio cuando su mirada giró hacia mí. Sus ojos se abrieron de par en par, yo le vi con un tipo extraño de melancolía, que el detecto en un suspiro, un suspiro que me dedico. Luego miro hacia abajo, y yo decidí desaparecer entre toda la gente que en la fiesta se hallaba.
La noche transcurrió cada vez mas lenta, paseaba de lado a lado para tratar de esquivar su mirada, y la mayoría del tiempo me la pase en el baño. Cobarde como siempre, pero sabía que el trataba con lo mismo y aún mas con la compañía que llevaba justo esa noche.
Tal vez era por venganza, no lo culparía, pero jamás hubiese esperado algo semejante que venga de él. Aunque una rubia alta de ojos extravagantes, y curvas definidas nunca le faltaron, y mucho menos para las fiestas. Nunca la memoria me funciono de tal manera que en una de mis idas al baño le reconocí, siendo que sólo la vi reposando su mano en el hombro de él. Pero el vestido rojo, al igual que sus uñas, dejaban el dorado cabello lo mas reconocible que jamás vi. Salí corriendo como quien no quiere la cosa, y me dirigí hacia los aperitivos de la barra. Ya era pasada media noche y quedaban al menos unas cuatro horas más por soportar.
Era la cosa menos inteligente que en dos años malditos lleve a cabo. Por qué mierda fui… no me preguntes porque ni yo lo concilio todavía.
Me decidí a irme de una vez por todas, decepcionaría a varios, y hasta perdería la apuesta de 100 u$s que hice a un amigo. Pero no importaba, allí sola, no podía aguantarlo, aunque me había dedicado a la soledad por dos años, en una fiesta de estas no lo toleraba.
Y como, nose, pero gire hacia atrás, para ubicar la puerta de salida, y ahí estaba. Frente a mi tenia, una vez mas, su rostro, ese precioso rostro tan dulce pero con una expresión tan amarga pero que sólo a él haría parecer mucho mas hermoso aún.
- Tal y como lo prometiste…- dudo en sus próximas palabras pero con gran esfuerzo y su mirada clavada en el suelo logró confesar- tardaste mucho para mi gusto.
Ambos en la misma posición y la misma mirada cada uno a sus pies levantamos la cabeza casi al mismo instante en que terminó su línea.
Él alzó una de sus mano y tomo mi cabello.
- Me comentaron que habías cambiado, no imagine lo mucho que era…
Sus ojos me inspeccionaron desde mis botas negras, pasando por las medias de red y mini-vestido negro, que combinaba con la chaqueta de cuero, dedicando segundo por segundo a mi rostro que como pocas veces maquille combinando con mi cabello.
- El rojo siempre te asentó bien… lo sigue haciendo- miro para sus costados en busca de algo, ya sabia de quien- Ya te ibas?.. Bueno al menos viniste, y cumpliste tu promesa…- aclaro su garganta pero siguió- Para que no lo tomes a mal, luces hermosa, totalmente diferente, pero como siempre… hermosa.
Supongo que me sonrojé, o el alcohol que ya tenía encima no lo permitió, aunque eso no va al caso. Mis piernas temblaban, y temía comenzar a sudar, su voz era como melodía, y le extrañaba tanto que seguramente cometería un grandísimo error si le seguía la corriente.
- Supongo que es una despedida nuevamente, no quiero arruinarte la noche… - mi voz sonaba entrecortada y tan dura como siempre me dirigí a él.
- Este momento lo he esperado por dos largos años, y me dices que es otra despedida.. Que arruinarías mi noche!
“Esta noche ha sido una mierda, y lo cambiaste todo desde que te vi, me intenté resistir y no hablarte porque se que ni hablarme querrás, - y por lo bajo dijo- y mucho menos con mi bienvenida,- después volvió al tono normal- en fin, si te vas por mi, déjame decirte al menos que te extrañe y lo haré por el resto de mi vida si me dejas así, nuevamente…
- Tan estúpido sigues siendo? Dime, porque crees que tú serias la razón de mi huida- esa mentira aún duele en mis adentros- Hace mucho tiempo que decidí dejar todo esto, y al volver es lo más incomodo que he experimentado…
- Lo entiendo- me interrumpió
Volvió a alzar unas de sus manos y la deslizo por mi brazo hasta tomar mi mano.
Le fulmine con la mirada, lo estaba haciendo adrede o enserio me odia tanto? Me pregunte tan idiota como lo normal, y al final de cuentas el demostró amarme como yo a él o aún mas.- Por qué me lo haces tan difícil? – le pregunte con la primer lagrima en puerta.
Me miro fijo y ambos nos dimos por vencidos ante nuestro orgullo y rencor.
No pude contra aquel amor que me ataba hacia él, contra su mirada, su belleza, su boca, su nariz, sus ojos, su cabello, todo me ataba a él, algo que pudo contra la distancia el tiempo mi orgullo barato, mi frialdad inútil y mi prudencia, por primera vez me deje guiar por lo otro que contradice a la razón, llámalo como quieras... me pudo.
Caí rendida en sus brazos y él me estrujo como aquella ultima vez. Esta vez supe que no le dejaría igual, no debía, y por sobre todo no podía.
Suspiro sobre mi cabello rojizo, y me separo de él.
- Si quieres irte, vete… pero por favor donde quiera que vallas, llévame con tigo… porque no resistiría dos años más sin volver a verte.
- Tal vez, esta vez, no me valla por tanto tiempo… sabes que te pedí ese espacio para que crezca, pero como vez, no lo logré.
- Lo haremos juntos, como debió ser siempre…
Acerco su rostro al mío, y los centímetros se acortaban tan lento pero perfecto, sólo el lograba equilibrios de tal manera que causaban los efectos contrarios en mi corazón.
Me besó dulcemente, y sonrió por primera vez en la noche. Ambos sonreímos por primera vez en la noche.
Deslizo sus manos que se reposaban en mis hombros, hacia las mías, tomo de una y giro.
Nos dirigíamos hacia la puerta, dejando detrás de nosotros todo lo que debimos dejar antes. Todas esas personas disfrazadas de importancia y desden desaparecían tanto de mi vista como de mi mente, hasta la rubia plasmada a un costado con cara de sorpresa y odio nos vio pasar, y sin decir una palabra dejo caer su copa de cristal al suelo.
- Aprendiste que es mas doloroso cuando no tienes ni siquiera un amigo a tu lado?.. – dijo al final del camino terminando con el: - todo, todo vuelve a ti en el final.
Abrió la puerta del gran salón, y llovía pero esta vez no se esconderían lagrimas de tristeza bajo las gotas del cielo, sino la felicidad de tenerle junto a mi, decidido a afrontarlo todo, todo eso a lo que se que temía por sobre cualquier cosa, pero lo haría, lo haría por mi, y con migo a su lado.
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